Argüelles, hacia una escultura con energía, aire y luz

Por Lic. Mario Alberto Perrone (AACA/AICA)


El artista plástico Ricardo Argüelles, (n. 1946) a partir de su trayectoria de investigador y docente, está habilitado para mantenerse alerta sobre esa potencialidad con que llegan al mundo del arte quienes nada le deben a la labor con el exterior, y sí, en cambio, a un íntimo bagaje juvenil, genético, y psíquico, hacia el que se desciende para que aflore una sensible intuición. Ejemplo de esta indispensable necesidad por adentrarse en los ritmos y estratos precámbricos de la región del país y del alma, es desde donde impulsa su quehacer Ricardo Argüelles. Y para quien se vuelve aun mas propicia esta invocación que acerca su tarea de exponerla sobre la curtida piel exterior, a la prueba de todos los días.

“He elegido el camino por el cual intento expresar mi interior por medio de una manifestación artística”, declaró Argüelles desde los comienzos de su actividad plástica. Y agregó: “Mi temática tiene que ver con el hombre y su realidad, lo que expreso en mis pinturas, dibujos o esculturas. Ya que los trabajos que realizo tienen como objetivo transmitir lo que veo, siento y pienso de las cosas”. De este modo, el artista reconoce esas llamadas, y alcanza a recuperar, cuanto mas se aleja de cierta modalidad hacia el “bricolage”, su mas lograda y esbelta forma, entrevista en esas profundidades fracturadas, pero con su renovadora persistencia a través del latido de la historia humana. En este contexto, admirar este conjunto de esculturas es también dialogar a partir de un personal acercamiento, -en parte experimental-, con disimiles materiales, no siempre tradicionales, ni fácilmente aceptables en su propuesta de conjugación que, en ocasiones, parecen desafiar, o al menos lanzarle un guiño al espectador. Quede entonces la obra de este buceo y duermevela de artista preocupado y docente infatigable.

Como la gloria del color encontrado para esa firme rotundidad que es siempre la escultura, y que sin duda exalta la tarea de Argüelles. Una escultura herida incluso, por ese subyugante aire que interpenetra estas maderas, las recorre y hace vibrar ante nuestros ojos en sus piezas mas logradas. Si como Goethe advirtió que los sueños, sea lo que sean, siempre son cosas que se ven, la escultura, por su parte, hace también mucho por mostrarnos una riqueza que subyace donde menos se la espera. Y exista un artista capaz de ..