Por Sarah Guerra

AACA/AICA


Hay artistas que en el transcurrir de su obra, trabajan desde una visión a desarrollar lentamente. Existen otros como Ricardo Argüelles, cuyo carácter proteico, los lleva a ensayar búsquedas multiformes en pos de respuestas a sus urgencias expresivas.

Acorde con este tipo de temperamento inquieto y desde una solida formación, Argüelles ha incursionado por lo sorpresivo que le deparaba un amplio espectro de experiencias plásticas.

La escultura moderna, irrumpió con fuerza expansiva mostrándose rica en significaciones para bucear a fondo en la materia y el espacio que le son específicos, obligando al artista a trabajar con nuevos materiales, agregados a los que la tradición había hecho necesarios.
Luego de periodos de decantación, esa particular vertiente de la escultura, se ensancha conceptualmente, abarcando las tentativas del arte actual. En esta corriente, el escultor Argüelles, trabaja con materiales ligados a la existencia de todos los días. De ahí que en una de sus exposiciones llama al conjunto de las obras, “Vestigios de la vida cotidiana”.

No precisamente por las dimensiones, sino por la singular distribución de los volúmenes y las relaciones entre formas en el espacio, dentro de una totalidad, las esculturas de Argüelles poseen rasgos que apuntan a lo monumental.
Una obra que es el paradigma de su producción, ostenta el titulo “Observador de la gruta de oro”, creación de carácter simbólico, que presenta formas ascendentes realizadas con el contraste de los materiales, madera policromada encerada y piedra. Cambien es rica en connotaciones del entorno que le es conocido. “Del campo a la costa”, construida con piedras, laja, hilo y palmera en significativo contraste entre la rigidez de la piedra y la maleabilidad de la madera. Metáfora acerca del paisaje.

Argüelles, hombre de pensamiento americano que indaga en sus raíces, sin duda busca hacer clara su pertenencia a una memoria común que es mucho mas compleja que el caudal de los recuerdos que se entremezclan y se confunden. Del caudal de la memoria, este artista busca
provocar aberturas que trasmutadas en formas escultóricas han de quedar como testimonios de un pasado del que se siente participe. Esculturas como “Liberación”, instaladas en
espacios públicos, reflejan la complejidad de una cultura en permanente evolución.

En la serenidad de sus formas, Ricardo Argüelles, consigue crear sentidos dentro de la dramaticidad de los tiempos que nos comprometen a la espera de respuestas.